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Mostrando entradas de mayo, 2004

Educar para amueblar cabezas, no para llenarlas

El entrañable profesor Mariano Yela utilizaba una metáfora “digestiva” para explicar el verdadero aprendizaje: “cuando como un filete, al final no hay filete; hay carne y sangre mía: he asimilado el filete”. La interiorización de los contenidos supone eso mismo, que dejan de ser conceptos o procedimientos al uso y pasan a formar parte, indistinguible, de nuestra estructura cognitiva. El problema surge con el crecimiento exponencial del conocimiento humano. ¿Cómo evitar la “infoxicación” conceptual? ¿Qué enfoque debería elegir el maestro en un mundo rebosante de información? ¿Qué merece la pena aprender? Novak daba una pista clave: “la educación, en un sentido amplio, es una experiencia que contribuye a que una persona pueda manejar situaciones de la vida cotidiana con éxito.” Es decir, enseñar es contribuir no solo a la adquisición de conocimiento, sino al cambio de emociones y sentimientos que permitan desarrollar la capacidad de manejar nuevas situaciones. Esta idea tiene poco

Grupo Lagardère: la pluma y la espada

En un antiguo chiste –bastante malo, por cierto- muy al gusto de ciertas congregaciones religiosas, aparecía San Pedro haciendo un pequeña prueba que habría que superar para entrar en el cielo, para lo que presentaba a las almas un crucifijo y un fajo de dinero: si elegían el dinero se condenarían, y si optaban por el crucifijo tendrían franco el acceso. De pronto, llega uno que ante el dilema decide coger el dinero... y la cruz. San Pedro, perplejo, dice con aire de fastidio: “Vaya por Dios... ¡Otro del Opus!” Me ha venido a la cabeza este tonto chiste al conocer el imparable avance de Lagardère, que desde el pasado año controla más del 70% de la edición en Francia. El motivo es simple: si contradictorios son los conceptos de cruz y de dinero, más aún son los de libro y armamento. Y es que el grupo Lagardère, líder de la primera industria cultural francesa, la edición, es a la vez uno de los principales constructores mundiales de armamento. ¿Verdad que es impactante? Lagardère

Química del amor: más iguales, más locos y más ciegos

Una investigación muestra que entre los recién enamorados disminuyen las diferencias hormonales habituales entre los sexos. Otro equipo descubre que el enamoramiento provoca cambios que impiden ver los defectos de la pareja. “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus... salvo cuando están enamorados”. Así empieza su curiosa crónica la revista New Scientist, que en el número 2446 recoge los resultados de la investigación de Donatella Marazziti, de la universidad de Pisa. La doctora Marazziti ha descubierto que en los recién enamorados se reducen las diferencias entre sexos desde el punto de vista hormonal: el nivel de testosterona (hormona sexual masculina) disminuye fuertemente en el hombre enamorado, mientras que el de esta misma hormona crece en su compañera. Es decir, que durante la fase turbulenta del enamoramiento reciente los hombres se hacen menos masculinos y las mujeres se parecen más a ellos. Al mismo tiempo, durante los seis primeros meses de relación de pa

¿Hay una nueva forma de aprender?

“La generación de los videojuegos está integrada por los hablantes nativos del lenguaje digital de los ordenadores e Internet. Aquellos de nosotros que no hemos nacido en este mundo pero hemos sido, en algún punto tardío de nuestras vidas, fascinados por la tecnología somos, y siempre seremos, inmigrantes digitales”, afirma Mark Prensky, un visionario de la nueva cultura digital. Según Prensky, los niños y adolescentes se mueven en el lenguaje de los videojuegos como si se tratara de su lengua materna. Han nacido rodeados del mundo de lo digital, y por eso los denomina “nativos digitales”. Frente a ellos estamos los inmigrantes, que aunque podamos adaptarnos al nuevo entorno, siempre nos quedará algo de nuestro antiguo “acento analógico”. Por mucho que nos empeñemos, lo digital nunca será nuestra lengua materna. Entre nativos e inmigrantes hay una enorme discontinuidad cultural, consecuencia del paso de una cultura impresa a una cultura multimedia. Incluso hay quien aventura que se

Tecnología inalámbrica (o cuando el jersey habla con la lavadora)

Internet está provocando alteraciones en la base de las relaciones sociales y cambios culturales, lo que significa que no estamos ante una mera tecnología de comunicación, sino ante una cultura emergente. Es decir, nada será como antes. No es difícil apreciar algunos síntomas. Se trate de un cine, un teatro o de una sala de conciertos, ya no hay espectáculo que comience sin que antes se recuerde la necesidad de apagar los móviles (antes se recordaba la prohibición de comer pipas; eran otros tiempos). Es consecuencia de la tecnología móvil que nos rodea, que crece sobre los protocolos de Internet. Nuestros adolescentes escuchan en un diminuto reproductor MP3 la música que han descargado, hablan de frente a su teléfono móvil mientras contemplan su rostro en la pantalla, como reproduciendo la escena de la madrastra de Blancanieves consultando su espejo mágico, o mueven frenéticamente el pulgar mientras escriben mensajes con una jerga abreviada hasta lo incomprensible. Pero solo es

Impacto de las TIC en la educación

"Hay tecnologías para problemas que no existen, y eso no es innovación" Michael Dell “¿Para qué sirve esa pequeña corriente eléctrica que aparece al mover el imán?” preguntaba una persona a un Michael Faraday entusiasmado ante sus primeros experimentos sobre electromagnetismo. Y la respuesta, seca y esclarecedora, no se hizo esperar: "¿Y para qué sirve un niño recién nacido?” Faraday presentía que estaba ante algo muy grande, aunque no podía imaginar qué sería de mayor. Unos veinticinco años más tarde se construyó el primer generador industrial de electricidad, y otro cuarto de siglo después empezaron a iluminarse con bombillas eléctricas las fábricas y las calles. Finalmente, la energía eléctrica llegó a todos los puntos y transformó la sociedad: cambió la forma en que trabajamos, en que nos alimentamos, en que nos divertimos... Con Internet es probable que ocurra una transformación de igual calado, que tampoco en este momento somos capaces de imaginar. Naturalme