“Chupar rueda” o una lección de eficacia energética

El final de una etapa de montaña del Tour, que acabo de ver por televisión, me ha recordado un par de cosas: primero que la ciencia sigue explicando el porqué de muchas cosas, premisa que destaca el lema de este weblog, y segundo, que llevaba mucho tiempo desatendiendo este espacio en la red. Así que me pongo a ello.

Como saben los estudiantes de física, la fuerza que se opone al avance de un ciclista está relacionada con la fricción con el suelo y con el aire. A bajas velocidades, el rozamiento con el suelo es un componente importante pero a medida que aumenta la velocidad, este componente pierde peso relativo frente al rozamiento dinámico que ofrece el aire, que para un ciclista profesional constituye la la principal fuerza que se opone al pedaleo.

De ahí que los ciclistas profesionales traten de arañar centésimas de tiempo a partir de detalles aparentemente insignificantes: ruedas lenticulares en las contrarreloj, tubos ovalados, cascos aerodinámicos, ropa ceñida y de tejido especial, incluso brazos y piernas depilados. Más importante aún es la postura del ciclista sobre la máquina, que debe ofrecer el mínimo coeficiente de fricción: cuerpo encorvado hacia delante, con hombros y antebrazos estrechados al máximo.

Pero la ayuda más valiosa que puede recibir un ciclista para luchar contra la resistencia al aire es "chupar rueda", es decir, que sea otro cicilista quien corte el aire. Bajo el prisma de la eficacia energética, “chupar rueda” es el método ideal, siempre que haya alguien dispuesto a sacrificarse. Los ciclistas que “chupan rueda” llevan la misma velocidad pero realizan un esfuerzo mucho menor. Según el profesor Alejandro Lucía, el ahorro llega al 26 % respecto del esfuerzo de quien va en primer lugar.

De ahí la curiosa formación llamada “serpiente multicolor” y el éxito de las escapadas de un pequeño grupo de ciclistas que han acordado turnarse a la hora de cortar el aire. Lógicamente, el primer corredor tiene que enfrentarse a un esfuerzo mayor, pero una buena técnica de relevos para ir pasando rotatoriamente por ese primer puesto puede facilitar el éxito a un equipo. Claro que ni todos los primeros corredores tienen la misma aerodinámica ni todos los que les siguen se benefician por igual: para el último de la cola el beneficio no es tan claro, y tiene que esforzarse mucho si no quiere quedar descolgado. 

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