Un profesor universitario defiende el pirateo de libros

Un profesor de Propiedad Intelectual de la Universidad Politécnica de Valencia, Jorge Cortell, ha tenido la brillante idea de proponer un manifiesto en su sitio web de Internet en el que anima a todos los estudiantes a descargarse de la Red los libros de texto, como respuesta a laposibilidad de que el Gobierno elimine los descuentos. Cortell propone la utilización de redes de intercambio de ficheros punto a punto (P2P), tipo KaZaa o eMule, para intercambiar los libros de texto entre los estudiantes. Por eso anima a los estudiantes a escanear los libros y a ponerlos en redes P2P, donde luego podrán descargarlos e imprimirlos como copias privadas. Sorprendentemente, el señor Cortell considera que la eliminación de los descuentos "es una propuesta redactada a medida para favorecer a editores y distribuidores" y que está promovida "por grupos de presión que sólo piensan en sus intereses económicos, y en contra del bien común y la cultura".

Sorprende que un análisis tan débil provenga de un profesor universitario, salvo que su estatus de funcionario le haya hecho olvidar a todos los creadores que viven exclusivamente de su producción intelectual. Si el salario del señor Cortell no dependiera de los presupuestos de la Administración pública sino, pongo por caso, de la creación de materiales educativos, sería probablemente más cauto en sus recomendaciones a los estudiantes.

Supongamos que -como propone el señor Cortell- la gente escanea los libros y los pone en redes compartidas para que otros los descarguen e impriman en su casa. La primera evidencia es que cambia la composición de costes en un sentido altamente perverso para la creación intelectual: defraudamos al autor y al editor, y a cambio pagamos por la conexión, por el papel y sobre todo por la tinta, que no es poco. Es decir, que actuando como un Guillermo Tell enloquecido, robamos a los creadores y a cambio financiamos a los que menos valor aportan, al fabricante de tinta y de papel. ¡Buen servicio a la cultura! La única explicación que se me ocurre para que al señor Cortell le salgan las cuentas es que probablemente descargará los libros en su puesto de trabajo y los imprimirá y encuadernará a costa del erario público.

Se dice que la eliminación de descuentos favorece a los editores, y no es así en absoluto. El descuento corre a cargo del margen comercial, que es independiente de los costes de autoría, edición y fabricación, por lo que al editor no le afecta. A quienes sí favorece el descuento libre es a las grandes superficies, para quienes el libro de texto es el principal reclamo para la venta de todo lo que rodea la sustanciosa campaña de “vuelta al cole”. Por eso los hipermercados no tienen ningún inconveniente en renunciar a todo el margen comercial del libro de texto a cambio de “hacer la caja” más importante del año.

Para el pequeño librero el libro de texto no es un reclamo, sino su principal fuente de ingresos, de modo que el precio fijo es el principal salvavidas de estos frágiles negocios. De hecho, la breve historia del descuento libre en los libros de texto ha dejado un reguero de pequeñas librerías cerradas. Y esto es mortal para los pequeños autores y para las editoriales alternativas, que no tienen acceso a las grandes superficies, donde solo hay hueco para los best seller y los libros de texto. Así que el descuento en los libros no solo asfixia a los pequeños libreros, sino que ataca de muerte a la creación literaria independiente y a la diversidad cultural.

La idea de que hay que compartir la creación es muy hermosa, pero curiosamente suele partir de gente que ya tiene cubiertas sus necesidades básicas y que ve esto de la creación como una simpática anécdota desde la confortable y protectora estructura funcionarial. Pero estos expertos en disparar con “pólvora del rey” deberían pensar en que es muy bueno para la sociedad contar con intelectuales independientes, con ilustradores y con poetas, y que todos estos creadores tienen derecho a vivir de su trabajo. Por eso es tan razonable que la haya planteado un gobierno que se dice de izquierdas, aunque han sido incapaces de explicarlo a la gente y han decidido dar marcha atrás. Las grandes superficies se estarán frotando las manos.

Web del señor Cortell

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