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Mostrando entradas de febrero, 2004

Un gol para la ciencia española y un dedo en el ojo de Microsoft

Sonaba en muchos foros el prestigio de la comunidad española de expertos en supercomputación, pero esto será el espaldarazo definitivo. La decisión de IBM de instalar en España el segundo ordenador más potente del mundo nos sitúa, de golpe, en el olimpo de los países con grandes máquinas supercomputadoras, capaces de realizar decenas de billones de operaciones de cálculo por segundo. Más aún. El superordenador –que aún no tiene nombre, y que con toda probabilidad se instalará en Cataluña- nos pone muy por delante de Estados Unidos y muy cerca del mayor superordenador del mundo, el “Earth Simulator” construido en 2002 por Japón. Así que por arte y parte del Gobierno y de IBM pasamos de nuestra modesta posición mundial en superordenadores -el del Centro de Supercomputación de Galicia ocupa el puesto 227 del ranking mundial y el del Instituto Nacional de Meteorología el 363- a un segundo puesto, gracias a esta supermáquina de 40 teraflops, es decir, con capacidad para realizar cuarenta

Internet es cosa de chicas

Lo sé. Un pequeño grupo de datos anecdóticos no sirve para establecer una norma, y mucho menos para sustentar una teoría, aunque en el contexto personal sean válidos: alimentan nuestras creencias y nuestras convicciones, y también refuerzan nuestras ideas erróneas. Pero no dispongo más que de algunas observaciones anecdóticas sobre el comportamiento de chicos y chicas ante el ordenador, y todas ellas apuntan a un uso muy diferenciado. Los pocos chicos que he podido observar (sobrinos, alumnos e hijos de amigos) tienden a usar el ordenador de forma posesiva, como tratando de dominar la máquina, incluso desde edades muy tempranas. Las chicas abordan las máquinas (gameboy, dreamcast, playstation, etc.) con la misma habilidad que los chicos, pero su entusiasmo decae mucho antes. Pronto cede su interés frente a otras actividades. Es cierto que la tipología del juego tiene su importancia: las chicas parecen decantarse más por las historias gráficas, mientras que los chicos se enganchan

¿Para qué sirven las nuevas tecnologías en términos de aprendizaje?

Un estudio experimental muestra que el uso del ordenador en el aula puede ser beneficioso, y que favorece especialmente a los alumnos con menos conocimientos y menos interés por la materia. Es indudable que existe un alejamiento creciente entre la forma en que se enseña y el modo en que las nuevas generaciones se acercan a la información y al conocimiento. Se entiende así la preocupación por aprovechar el gancho del ordenador como herramienta para el aprendizaje, y también que la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) acaparen buena parte del debate sobre la calidad educativa. Cada Comunidad Autónoma tiene su modelo, pero todas pasan por conectividad de los centros, redes y ordenadores, muchos ordenadores. Pero el ordenador no es sinónimo de calidad educativa ni mucho menos garantía de aprendizaje. La clave no está en la tecnología, sino en las complejas interacciones entre el profesor, el aprendiz y el contenido. El problema es que hay muy po

La máquina de aprendizaje de Bayes

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¿Cómo es posible que una idea de un cura del siglo XVIII (Thomas Bayes) marque las tendencias más punteras de la ciencia de ordenadores? Bayes es un viejo conocido de todos los alumnos de Bachillerato, que utilizan su teoría para abordar, entre otras cosas, problemas de probabilidad a condicionada -o “a posteriori”- donde se estudia la ocurrencia de un suceso cuando se conoce el suceso anterior. Lo que aporta Bayes a la ciencia de ordenadores es una forma de aproximación a la inteligencia artificial en la que ya no es necesario introducir explícitamente todas y cada una de las conexiones causales en una máquina. Los programas basados en la probabilidad de Bayes pueden tomar un gran número de datos y deducir dependencias o relaciones entre ellos, pero por sí mismos. Un buen ejemplo de la importancia de esto son los buscadores. El famoso buscador Google utiliza ya métodos de Bayes para encontrar y explotar patrones entre los datos interconectados de la web. Los programadores trabajan

La falacia de la microgravedad

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Me resulta chocante que se utilice el término “microgravedad” o de “gravedad cero” para referirse a los experimentos que tienen lugar en la estación espacial internacional (ISS), un gran laboratorio que orbita a unos 400 km de altitud. Es cierto que las imágenes de TV nos muestran a los astronautas flotando en la nave, pero no nos engañemos: la situación física es similar a la que se produciría en el interior de un ascensor herméticamente cerrado) que cae libremente. Si en el ascensor hay una persona sobre una báscula, al romperse el cable del ascensor todo el sistema cae libremente, de modo que la balanza marca 0. es decir, el peso relativo de la persona es nulo. Y si hubiera una cámara en el interior de la cabina podríamos ver al pasajero flotando libremente o haciendo cabriolas en el aire. Si llevara un libro en la mano, podríamos ver que queda suspendido en el aire frente a él, y si derramara un vaso de agua, formaría divertidas esferas en el aire. Pero todo es consecuencia de qu