¿Qué podemos esperar del trabajo práctico en las clases de ciencias?
Ya en el siglo XVII, John Locke propuso la necesidad del trabajo práctico en la formación de los alumnos. El trabajo práctico disfrutó de su época dorada en los años 70, cuando surgieron proyectos como CHEM o Nuffield que indirectamente planteaban que para aprender ciencias había que trabajar como un científico. Exigían un trabajo práctico permanente para que los alumnos, con el apoyo del profesor, adquirieran por sí solos los fundamentos conceptuales.
Hoy existe cierta unanimidad entre el profesorado de ciencias en considerar que el trabajo práctico es importante, pero también existe cierto escepticismo sobre su eficacia en términos de aprendizaje. Son varias las investigaciones que no han conseguido mostrar la eficacia y la bondad del trabajo práctico realizado, y casi todos hemos sufrido una cierta decepción al comprobar cómo algunos alumnos desaprovechaban el tiempo en el laboratorio, a pesar del potencial formativo de una práctica que habíamos preparado con ilusión. Lo mismo oc...